Las actividades que habitualmente realizamos son muy individualizadas para los niños y niñas de estas edades. Por ello hemos decidido enviaros las actividades de cada mes, para no solamente elijáis el mes de vida del niño, sino aquellas actividades que mejor podéis realizar en casa.
 
  • Jugar con recipientes de rosca para que los abra y los cierre girando la mano. Utilizar juegos de roscas para abrir y cerrar, juegos de tornillos y tuercas grandes, etc. Meter objetos atractivos dentro de los frascos de plástico transparente y taparlos delante del niño. Motivarle para que destape el recipiente y saque el objeto que está dentro.
  • Colocar delante del niño unas cajas: una roja, una azul y otra amarilla. Darle al niño pinzas de tender de los tres colores indicados y pedirle que guarde las pinzas en la caja de su color. Poco a poco aumentar el número de cajas y colores.
  • Darles cosas pequeñas y no peligrosas para que ayuden a colocar la mesa (cucharas, servilletas, vasos desechables, etc.).
  • Pedir que colaboren en el orden y en la limpieza: cuando jueguen con algún objeto, dejarlo en el mismo sitio después de jugar; si dejan algún papel en el suelo, que lo lleven a la papelera, etc.
  • Colocar una hoja de papel sobre la trona o la mesa sujeta con cinta adhesiva para que no se mueva y ofrecer las pinturas e instrumentos que va a utilizar para pintar.

 

 
  • El adulto dará telas o sábanas al niño, y, junto con las mesas y sillas, construirán una casa y se meterá dentro. Sacará los brazos fuera de la casa y saludará. Después responderá a preguntas que le haga el adulto, como por ejemplo: ¿qué puedes hacer dentro de la casa?, ¿y fuera?. El niño junto con el adulto jugará a bañar un muñeco que haya en la casa. Después los secarán y vestirán.
  • El adulto entregará al niño material de desecho: cartón, cajas, botellas de plástico, etc. y jugará libremente, manipulándolo y experimentando sus posibilidades. Posteriormente el niño contará a qué ha jugado.
  • El niño y el adulto juntarán en el suelo los juguetes que haya en la casa, posteriormente los clasificarán mediante los criterios que indique el adulto. Ej: blando-duro, grande-pequeño.
  • Cuido a mi mascota. Se le da al niño un huevo duro y le ayudamos a que le pinte una cara (ojos, nariz, boca, etc. ...). Ponerlo en una cajita a modo de cuna.

Comentar con el niño que este va a ser su bebé de mascota, que lo debe cuidar durante todo el día y que no podrá dejarlo sólo en ningún momento porque se puede caer, perder, poner triste... Al final del día el niño tiene que contarnos su experiencia.

Esta actividad ayuda a trabajar el desarrollo de la responsabilidad en el niño.

  • El adulto preparará en una caja tarjetas o fotos en los que aparecen personajes con distintas expresiones o posturas. El niño sacará una tarjeta de la caja, la observará sin que le vea el adulto y representará la acción que hay en ella, para que el adulto la adivine. El niño inventará nombre para los personajes de las tarjetas, el adulto escribe los nombres en ellas y las verán a continuación nombrándolos.

El masaje, un lenguaje de caricias: El tacto es el primer sentido que se desarrolla en el niño dentro del útero y la primera y más elemental experiencia del ser humano.

El masaje es una forma muy especial de interrelacionarse con el niño menor de seis años, además de beneficiar su crecimiento y desarrollo, proporcionando momentos especiales y amorosos. El masaje puede convertirse en un medio de relación afectiva que proporciona un clima de armonía física y emocional que se transfiere más allá del entorno familiar.

Los niños responden especialmente bien a los masajes porque, a diferencia de los adultos, no les altera que les toquen, algo fruto de un sesgo cultural occidental. Aún no han aprendido a sentirse incómodos con el contacto físico y, si los padres observan algún tipo de resistencia, siempre pueden comenzar con el masaje de pies y manos, hasta que el pequeño desee ampliarlo a otras zonas del cuerpo como piernas, brazos, espalda y rostro.

¿Cómo beneficia el masaje al niño?

  • Favorece todos los aspectos del desarrollo psicomotor: el esquema corporal (imagen corporal, control y maduración tónica, control respiratorio, postural y de desplazamientos, coordinación visomotriz y manipulación, hábitos de higiene, actitud de autocuidado y prevención), la organización espacial y temporal, la dramatización y la expresividad personal, la expresión de vivencias y sentimientos, la capacidad imaginativa, fantástica e intuitiva, etc.
  • Ayuda al niño a desarrollar la propia identidad y la autoestima. Favorece el desarrollo del esquema corporal, ya que las experiencias propioceptivas son la base de la conciencia de sí mismo y de la realidad exterior.
  • Las experiencias corporales son la base para el desarrollo de una personalidad estable. Los estímulos sensoriales que percibe el cerebro en desarrollo son asimilados con facilidad y los procesa de forma tranquila.
  • Gracias al masaje aumenta la capacidad para recibir estímulos y también el umbral de percepción de los mismos.
  • Los estímulos táctiles y motrices equilibran el exceso e incluso la sobreestimulación visual y auditiva del contexto social actual.
  • Ayuda al niño a liberar la tensión y la ansiedad, reduce la hiper o hipotonía, facilita la relajación y le permite enfrentar con confianza el estrés de las nuevas situaciones de aprendizaje.
  • El niño se adapta con más facilidad, se muestra más atento y curioso que la media de su edad.
  • Tiene más capacidad de resistencia al estrés y a la frustración.
  • Muestra mayor confianza en sí mismo y en las relaciones con su entorno porque se siente querido y aceptado.
  • Está más contento y risueño. Tiene una relación más íntima y fortalece los lazos emocionales con la persona que realiza el masaje, mejorando también sus relaciones interpersonales.
  • Mejora la regularización del sueño, durmiendo más profundamente y durante más tiempo.
  • El masaje puede calmar al niño cuando está incómodo o molesto.
  • Estimula el sistema circulatorio, beneficia el ritmo cardíaco, la respiración y la digestión.
  • Estimula el sistema linfático (defensa inmunológica), aumentando la resistencia a las enfermedades.
  • Mejora los cólicos abdominales, los procesos de estreñimiento y la gastroenteritis.
  • Estimula el sistema nervioso, tanto central como periférico, vigorizando o relajando, y proporcionando un estado de alivio, bienestar y placer.
  • Facilita la creación de nuevas conexiones neuronales.

 

  • Mejora el proceso respiratorio, alivia la congestión nasal al favorecer el drenaje de secreciones nasales y pulmonares, reduce el uso de oxígeno y lo optimiza.

La sesión de masaje debe ser placentera para el niño, pero también para el adulto. Si éste se siente presionado, aunque domine la técnica, el masaje fracasará. Sin embargo, será todo un éxito si el adulto acaricia al niño comunicando afectividad, aunque la técnica aplicada diste de ser correcta.

Aspectos que los padres deben tener en cuenta a la hora de dar un masaje al niño:

  • Siempre se debe escuchar la comunicación corporal del niño. Nunca hay que seguir adelante si el masaje no es deseado por el pequeño. Este respeto demuestra al niño que sólo recibe las caricias si lo permite y lo desea. De este modo, aprende a respetarse a sí mismo, a respetar su cuerpo y el de los demás.
  • Hay que demostrar mucho amor, afecto y paciencia, antes y después de la sesión. Siempre que sea posible, hay que mantener el contacto visual y hablarle con suavidad y ternura.
  • La sesión debe desarrollarse al menos una hora y media después de haber comido. El adulto debe asegurarse de tener todo lo necesario a su alcance y no perder el contacto de la mano con el cuerpo del niño en ningún momento.
  • El ambiente del cuarto debe ser cálido, evitar las uñas largas, las joyas y las manos frías.
  • La presión debe ser la de una caricia firme, evitando ciertas zonas como la columna vertebral, las ingles, las axilas, el hueco poplíteo (que es la parte de atrás de la articulación de la rodilla), la zona interna de la articulación del codo y, en general, las maniobras directas sobre ganglios linfáticos.
  • Renunciar temporalmente a las sesiones masaje cuando hay problema de articulaciones débiles, si existe una infección, un sarpullido o recibe algún tipo de medicación. Esperar al menos una semana después de cualquier vacunación.
  • Si un niño tiene un problema específico, que pueda aliviarse a través del masaje, pueden modificarse y aumentar las sesiones previstas
 

¿Cómo lo hacemos?

Realizar agujeritos en espiral (desde un extremo del bote al otro) con un tornillo o una aguja gruesa, abriendo pequeños huecos pero sin traspasar el cartón de lado a lado.
Inserta los palillos por los agujeros o las puntillas, de fuera a dentro. Si quieres puedes poner pegamento en la punta de los palillos para que se pueda fijar.

Cuando ya tengas los palillos dentro, recorta lo que sobra por fuera con un corta uñas. Pon un poco de pegamento para sellar bien. Rodear todo el cilindro con cinta carrocera para que no se salgan los palitos.

Poner una de las tapas pegándolas el cartón.

Inserta ahora las semillas, tienen que ser pequeñas para que no partan los palillos. Puedes utilizar también lentejas, soja, arroz o piedras pequeñitas. Tapa con la mano el extremo del tubo abierto y agita para comprobar si hacen falta más semillas. Con 2 o 3 dedos es suficiente.

Cuando ya esté a tu gusto, tapa el otro extremo igual que el primero.

Lo último será decorarlo por fuera con la ayuda del niño.